Una maloclusión dental es identificada  por los captores ubicados en la boca , generando modificaciones en  el patrón habitual  con compensaciones musculares a diferentes niveles. 

Inicialmente, el cambio es funcional pero, de mantenerse en el tiempo , puede ser definitivo y generar  verdaderas alteraciones posturales.

Se pueden desencadenar tres tipos de síndromes 

• Descendentes :  Son aquellos cuyo origen puede ser un problema de maloclusión dental , de la articulación temporomandibular , de los ojos o de los oídos 

• Ascendentes : Son  aquellos donde el origen puede estar relacionado con problemas en los miembros inferiores, en la columna o en el apoyo plantar 

• Mixtos:  Son aquellos donde participan factores ascendentes y descendentes.  

En una normo oclusión o clase I, según la clasificación de Angle, la postura se encuentra  alineada ,  la esfera cefálica, la torácica y la pélvica se encuentran una encima de la otra, sin gasto energético.

En las distoclusiones  o clase II el 80% de los pacientes presentan una postura de cabeza y hombros adelantada. 

Y en las mesiooclusiones o clases III  esqueletales la postura es posterior izada , donde se observa que el macizo cefálico se dirige hacia atrás y la mandíbula se adelanta compensando el desequilibrio.

El estudio de la relación entre oclusión y postura nos hace entender al hombre como un todo, de forma que no es posible separar el estudio de la boca del estudio del resto del cuerpo. 

Por ello los problemas de maloclusión deben ser abordados por un equipo multidisciplinario donde participen  fisioterapeutas, posturólogos, pediatras,  fonoaudiólogos , osteópatas, otorrinos y odontólogos para poder ofrecerle a nuestros pacientes un diagnóstico y tratamiento integral.